El
médico psiquiatra y presidente de la Fundación
de Docencia e Investigación Psicofarmacológica,
Prof. Dr. Julio Moizeszowicz, se refiere en este informe,
a la naturaleza de la depresión y señala
que entre el 70 y 80% de los pacientes que tuvieron
depresión inicial, hacen recurrencia. También
se refiere, entre otros puntos, a los nuevos tratamientos
y cómo serán éstos en el futuro.
Históricamente, las depresiones han sido divididas
en endógenas y reactivas. La primera clasificación
abarcaba a aquellas más severas y sin causa inmediata,
en tanto que se denominaba "reactivas" a las
depresiones en las que el paciente reaccionaba con tristeza
o con síntomas "en menos". "Esos
conceptos están siendo revisados, ya que hoy
se considera más una continuidad, indica el doctor
Julio Moizeszowicz, y explica el concepto: "Una
persona puede estar triste por la pérdida de
un familiar o de un amigo; pero también existe
tristeza, por situaciones de pérdidas sociales
como por ejemplo las pérdidas en lo laboral,
en el robo un robo en la calle o cuando las entidades
financieras, en las cuales había depositado su
confianza los traiciona.
Todo ello va a generando un sentimiento de frustración
en la persona a la cual se adicionan las historias personales
previas, los antecedentes familiares de depresión
ó las tristezas del paciente que presentó
en sus épocas juveniles.
Ello producirá una acentuación de la personalidad
más depresiva que, ante una situación
de vulnerabilidad personal, social, familiar o laboral,
puede desencadenar un síndrome depresivo completo
en la adultez.
La depresión se puede presentar con síntomas
de inhibición, de apatía y de incapacidad
para sustentar diferentes tipos de situaciones. Pero
existen otras situaciones extremas en las que el individuo
se aísla de su entorno y finalmente aparecen
las famosas ideas o actuaciones suicidas. En estos casos,
la intervención terapéutica es imprescindible
par evitar las ideas de muerte y de fin de mundo”.
Si bien no existen evidencias científicas acerca
de que factores genéticos o hereditarios que
resulten decisivos en el desencadenamiento de la depresión,
sí se puede hacer referencia a demostraciones
que se originan en el seguimiento de los pacientes.
"Es el caso de los pacientes depresivos suicidadas
ó que tuvieron intentos suicidas, quedó
demostrado que entre el 40-50% de sus hijos presentan
una posibilidad estadísticamente significativa
de cometer intentos suicidas", explica el especialista
y añade, que esto se agrava cuando existen trastornos
afectivos, antecedentes de abuso sexual y consumo de
alcohol o drogas, que incrementan la vulnerabilidad.
"De modo que si bien es cierto que existe una predisposición
genética en la depresión, todavía
no se cuenta con datos fidedignos en el genoma humano,
como para afirmar que éste sea el único
factor.
Lo más probable -agrega- es que no sea un solo
cromosoma el que está alterado, como en el síndrome
de Down, por ejemplo, sino que serían varios,
lo que implicaría que la variabilidad es muy
alta. Es posible que estén afectados determinados
genes 'vulnerables' o 'genes candidatos', que producirían
una vulnerabilidad que puede llegar a evidenciarse si
las causas precipitantes o agravantes se manifiestan
en este tipo de personalidades. Es decir que a la predisposición
genética, se deben agregar los factores ambientales
y psicológicos con los que el individuo convive
y que se encuentran en relación directa con la
frustración".
Lo que sí está comprobado científicamente,
es que una frustración grave y única no
es necesariamente índice de patología
depresiva "sino que revisten mayor gravedad los
micro traumas" -señala el doctor Moizeszowicz
y precisa que éstos, sean de la naturaleza que
fueran, influyen psicológicamente: -"Si
en la infancia existen maltratos por parte de los padres
o de las personas a cargo del niño, la vulnerabilidad
se verá incrementada y, consecuentemente, la
posibilidad de desarrollar depresión. Por esta
razón, los psiquiatras están más
habituados a detectar los síntomas precoces.
En realidad los médicos clínicos son la
primera barrera para la detección, pese a que
en nuestro país asún falta educación
a nivel profesional, así como educación
social en este aspecto".
En cuanto a los síntomas que deberían
alertar al clínico, el Dr. Moizeszowicz afirma
que "lo más importante es reconocer si ese
paciente, que seguramente fue a la consulta clínica
por una queja somática, le comenta al médico
internista, que tiene otros problemas (familiares, personales,
laborales), que se siente sin fuerzas, con pocas ganas
de trabajar, con imposibilidad de tener situaciones
placenteras simples (como por ejemplo el placer de estar
con un hijo o de gozar de un día de sol). Si
el clínico no detecta esta sintomatología
depresiva de manera precoz, lo más probable es
que el paciente sea tratado con una medicación
del orden somático y, posiblemente con algún
ansiolítico. En cambio, si ahonda un poco más
y el paciente tiene la posibilidad de contarle lo que
le está pasando, el médico internista
podrá evaluar la gravedad ya sea para administrarle
de manera precoz un antidepresivo o inducir al paciente
a una consulta especializada ".
El doctor Moizeszowicz hace notar que el paciente depresivo,
no consulta al comienzo de sus síntomas con el
especialista. De allí la importancia de la detección
precoz. "Si se hace descubren los síntomas
ala comienzo de la depresión, e puede instaurar
un tratamiento psicofarmacológico y con la ayuda
picoterapéutica precoz, e logra la rehabilitación
socio-familiar-labora rápidamente.
Si es un a depresión mayor, se debe considerar
que el paciente necesitará años de tratamiento
y deberá ser tenida también en cuenta
el tipo de personalidad. Convivir con su vulnerabilidad
depresiva, así como otros deberlo hacen con su
diabetes o a la hipercolesterolemia, incide en los hábitos
y costumbres de cualquier ser humano.
Tomar su medicación y asistir a la consulta psicológica
para analizar cuáles son las situaciones en las
que el paciente puede cambiar aspectos de su personalidad
son de fundamental importancia par realizar una adecuada
profilaxis.
Es decir, la detección precoz del trastorno y
el tratamiento a largo plazo son, en la actualidad,
la llave para el éxito y control de la depresión.
"El problema de la depresión, más
que el tratamiento de la remisión es evitar la
recidiva o recurrencia del trastorno.
"Las estadísticas indican que los pacientes
que abandone el tratamiento con antidepresivos recaen
en un 70-80% en los próximos 5 a 15 años.
Después, recidivará la enfermedad de manera
más rápida y frecuente.
Si bien para algunos la frustración puede ser
normal en pacientes depresivos los pequeños inconvenientes
pueden al principio desencadenar el cuadro depresivo,
para que más adelante, muchas veces sea innecesario
la presentación de los mismos para desarrollar
el cuadro completo.
El especialista también hace notar que existe
otro tipo de pacientes, que son los que padecen las
denominadas "distimias". "Se trata de
pequeñas depresiones que, sin llegar a ser graves,
constituyen lo que suele catalogarse, en términos
cotidianos como 'mala onda'. Son esos pacientes que
están siempre tristes, que no les gusta nada,
que nada los conforma y esta característica es
algo continuo en ellos".
El Dr. Moizeszowicz señala que también
es muy importante detectar y tratar a tiempo, las “distimias”
en general, ya que se convierten en depresiones crónicas
que se las considera como ”normales” por
el paciente y su entorno familiar.
Muchas veces se asocian a depresiones más graves,
al tratarla con antidepresivos y una ayuda psicoterapéutica
se puede lograr que el paciente descubre algo que había
pensado que no existía para él".
En nuestro país no existen buenas estadísticas
en materia de depresión. Sin embargo, se sabe
que a nivel mundial son bastante altas, ya que entre
10 y un 15% de la población padece síntomas
depresivos, mientras que entre el 2 y el 4% sufre depresiones
severas. "Desde el punto de vista psicológico
y psicofarmacológico, la Argentina se puede referenciar
en forma similar a los países desarrollados,
aunque en otras áreas se la considera en vías
de desarrollo".
En cuanto a las tendencias, las cifras indican que el
padecimiento depresivo es más común en
las mujeres en una relación de 2 a 3 veces mayor
respecto de los hombres.
Esta tendencia se acentúa más cuando se
trata de trastornos bipolares. "No se sabe bien
por qué las mujeres son más sensibles,
pero lo lógico sería atribuirlo a las
diferencias hormonales, ya que existen receptores estrogénicos
vinculados neuroquímicamente en diferentes áreas
cerebrales.
Además del subdiagnóstico, desde el punto
de vista profesional, también existe una marcada
falta de educación a nivel de la población,
destaca el psiquiatra, quien afirma que debería
educarse no sólo en salud mental, sino en salud
en general. "Los gobiernos deben promocionar sistemas
educativos en salud mental, a nivel de la población,
de los médicos y de los especialistas. Los profesionales
deberían estar más atentos a las estadísticas
y los trabajos científicos, ya que eso también
significa educación de postgrado. De alguna manera
es lo que hacemos desde la Fundación de Docencia
e Investigación Psicofarmacológica".
Actualmente se emplean tratamientos mixtos para la depresión:
es decir psicológicos, (diferentes tipos de psicoterapias)
asociados a los psicofármacos.
En cuanto a los psicofármacos, contamos con dos
grandes grupos: los inhibidores de la recaptación
de la serotonina (Fluoxetina, Sertralina, Paroxetina,
Citalopram, Escitalopram) y los denominados duales,
como la Venlafaxina, el Milnacipram y la Mirtazapina,
por ejemplo. Estos grupos han desplazado a los otros
grupos, que eran los del tipo tricíclico (Imipramina,
Clorimipramina, Amitriptilina) y a los inhibidores de
la monaminooxidasa (Tranilcipromina) de los años
50-60. Este desplazamiento, no se produjo sólo
desde el punto de vista de la eficacia, sino que la
nueva generación de antidepresivos, presentaron
una considerable disminución de los efectos secundarios
(en especial los cardiotóxicos y gastrointestinales),
que permitió adminístralos por plazo muy
prolongados. Sin embargo, es todavía necesario
continuar desarrollando moléculas eficaces, ya
que los efectos adversos como son los que actúan
sobre la sexualidad y el apetito deben ser tenidos en
cuenta. ".
Los proyectos futuros en materia de depresión
se relacionan directamente con el desarrollo de esas
nuevas moléculas a las que se refiere el doctor
Moizeszowicz. "Por un lado, tendrán que
actuar más sobre el genoma humano y ya no sólo
a nivel neuroquímico, sobre determinados receptores,
sino intervenir en la secuencia informática sobre
el ARN mensajero.
Mientras tanto se hace imprescindible pensar en la educación
del paciente depresivo y en la actualización
científica del médico, ya que el tratamiento
a largo plazo va a necesitar de medicaciones, después
de la primera o segunda recurrencia depresiva por lapsos
muy largos, que pueden llegar a ser de por vida.
Todo ello asociado a tratamientos psicoterapéuticos,
para poder controlar la vulnerabilidad individual de
los pacientes depresivos en los distintos ciclos vitales
del paciente".
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